El uso de prótesis ha ido quedando relegado a casos muy seleccionados, debido a que sus resultados son poco previsibles y de baja magnitud, la prótesis puede desplazarse, existe riesgo de infección y rechazo y existe erosión del hueso de la mandíbula.
Por ello, en el año 1952 Converse desarrolló la llamada “Sliding Genioplasty” (o mentoplastia deslizante), cirugía que consiste en avanzar el propio mentón del paciente. Para ello es necesaria una planificación previa, y determinar cuántos milímetros se desean avanzar mediante radiografías y fotografías de perfil del paciente. Mediante una estrecha colaboración con el paciente y una serie de fórmulas y patrones estéticos fruto de décadas de investigación, se consigue establecer cuál es el resultado estético que queremos conseguir.
Al tratarse de una cirugía con abordaje intraoral, no existe cicatriz visible.